LA DRAMATURGIA EN TUCUMÁN
A partir del año 2000 se inició un florecimiento de la creación dramatúrgica en Tucumán.
Creo que tuvo bastante que ver la realización de un ciclo de teatro semimontado que se realizó en el Teatro Alberdi (fue algo planificado por la gestión que me tocó ocupar) en donde 11 dramaturgos estrenaron sus textos y se realizó una artesanal edición de esas obras que se repartía entre los asistentes. Inmediatamente el ciclo se repetió con un total de 17 textos estrenados.
Anteriormente no eran muchos los autores que lograban estrenar sus obras en Tucumán de un modo sostenido. Tal vezOscar Quiroga y yo estábamos entre los pocos que podíamos poner en escena nuestras creaciones en forma continuada. En forma más esporádica lo hacían también otros autores más jóvenes o más nóveles en esta actividad.
Creo que ese estallido del año 2000 contagió a muchos que se animaron a escribir y a hacer sus primeras armas en este arte, lo que es algo sumamente positivo.
Por otro lado ayudó la crisis del 2001 y la devaluación. ¿Por qué? Porque representar obrasde autores extranjeros, a veces, implica el pago de a’valuars o anticipos valuados en moneda extranjera (euros o dólares) y ello imposibilita el pago de los mismos por la diferencia cambiaria desfavorable.
Quizás esa circunstancia estimuló arepresentar textos propios.
Además suele ser una constante que en época de crisis los creadores encuentren en el arte un medio de resistencia expresiva a las condiciones desfarovables que les brinda la realidad.
Considero que el teatro encuentra su verdadera identidad cuando cuenta con una dramaturgia propia. Es decir, la aparición de un movimiento de autores que escriben desde Tucumán y representan conflictos humanos que los sensibilizan de este lugar, del país y del mundo.
Escribir desde y de nosotros mismos atraviesa la fronteras y es lo más valorado en cualquier rincón del mundo porque es genuino y no repite modelos que no nos pertenecen.
“El sueño inmóvil”, mi texto ganador del Premio Casa de las Américas 1996, fue representada en Cuba por un elenco cubano, en Italia por un elenco italiano y en Buenos Aires por un elenco de allí. Y toca el mito del Familiar, del Cacuy y la leyenda del Castoral, lugar próximo a Simoca. A simple vista podría afirmarse que no hubiese sido comprendido.
Y sucedió todo lo contrario.
“Limpieza”, que toma el caso de los mendigos tucumanos arrojados en Catamarca fue representada en Alemania, Ecuador y en la Provincia de Buenos Aires.
“Crónica de la errante e invencible Hormiga Argentina” fue estrenada en Roma y está haciendo una gira por toda Italia.
“Esperando el lunes” igual.
¡Y esos textos hablan de nosotros con personajes e historias de Tucumán!
Es imprescindible terminar de romper con ese cholulismo cultural que nos hace creer que lo de afuera es necesariamente mejor a lo que se crea aquí.
Kafka, que habla de las calles de Praga, es considerado un autor universal. Un autor tucumano que habla de Tucumán no lo es. ¿Por qué? ¿No pertenecemos, acaso, a este mundo? ¿No somos personas que amamos, sufrimos y sentimos?
El camino hacia una dramaturgia tucumana (que no creo deba ser necesariamente “regionalista” o chauvinista) es una tarea de construcción ardua y que llevará su tiempo concretar hasta cuajar en un teatro con rasgos propios y particulares.
Sin embargo se están dando los primeros pasos. Y son consistentes.
Me parece que también es positiva la diversidad de estilos y poéticas con las que se expresan los dramaturgos locales. En el teatro el único dogma posible es que no debería haber dogmas.
Carlos Alsina.
|